Todo jugador de casino sabe que la palabra jackpot está asociada a buenas noticias. ¡Y a grandes premios! Más allá de la diversión que proponen, muchos de los juegos de casino resultan atractivos por ofrecer jackpots y son, por este motivo, algunos de los más buscados.
¿Qué son los jackpots y qué tipos existen? ¿Hay estrategias que hacen más fácil ganarlos? Lo veremos a continuación.
¿Qué es el jackpot?
La palabra jackpot era un término que se utilizaba en las partidas de póker en los Estados Unidos de finales del siglo XIX. En la actualidad, es muy común verla asociada a un gran número de juegos de casinos como bingos, póker y ruleta. Sin embargo, el término es más común y popularmente utilizado es en el mundo de las tragaperras o slots.
El jackpot, o bote, es el premio mayor al que se puede aspirar en un juego. En muchas ocasiones, consiste en una cifra realmente importante, que puede llegar a cambiar la vida de quien lo gane. Por ese motivo, hay quienes solo eligen jugar a las tragaperras que ofrecen este tipo de recompensa.
Tipos de jackpots
A la hora de sentarse a jugar a slots con jackpot, es importante saber que este premio se divide básicamente en dos tipos: fijo y progresivo. La diferencia en ellos es bastante importante, por lo que bien vale saber de qué se trata cada uno.
Hay slots que ofrecen la posibilidad de aspirar a ganar jackpots fijos. Esto significa que su valor está determinado de ante mano por el desarrollador y suele desprenderse de una fórmula que involucra al valor de la apuesta. Cuando se modifica la apuesta, el valor del jackpot también cambia. Pero siempre proporcionalmente y con un límite.
Los jackpots progresivos, en cambio, tienen una lógica muy diferente. No tienen una limitación en cuanto al monto que pueden llegar a alcanzar, ya que se alimentan de un porcentaje de todas las apuestas que se realizan en ese juego en todos los casinos en los que se encuentre. No importa dónde estén los jugadores, siempre y cuando los casinos funcionen en red, los botes se alimentarán con sus apuestas y, cuantos más jueguen, más suculentos serán sus montos. Cuando un jugador lo gana, el valor se resetea y la progresión vuelve a comenzar. Puedes conocer más sobre este tipo de jackpots aquí.
La emoción de jugar por un jackpot
Como vimos, los jackpots ofrecen premios adicionales a los básicos ofrecidos por las tragaperras. Y pueden alcanzar montos verdaderamente altos. Ese es uno de los motivos por los que son tan populares entre los jugadores, pero también porque poder acceder a participar por ellos se convierte en todo un desafío.
¿Cómo se hace para jugar por un jackpot? Hay varias maneras diferentes, que dependerán del juego en cuestión.
En algunas tragaperras, es posible acceder al bote de manera directa. Basta para ello lograr aterrizar una cantidad determinada de los símbolos de mayor valor. En otras, para participar por el o los jackpots (porque suele haber más de uno), es necesario acceder a un juego de bonificación. Y esto suele conseguirse aterrizando cierta cantidad de símbolos Scatter o Bonus.
Es importante tener en cuenta que mientras en algunas tragaperras se puede aspirar a ganar el jackpot con cualquier nivel de apuesta, otras solo habilitan esta opción a quienes juegan con la apuesta máxima. Y hay otras en las que, si bien no se pide un mínimo, las chances de jugar por el jackpot aumentan proporcionalmente con el nivel de apuesta.
Niveles máximos de diversión
Resulta más que entendible que aquellos juegos que incluyen jackpots, ya sean fijos o progresivos, resulten muy atractivos y esto es por la posibilidad de acceder a ganancias extras y también, a mayor diversión de la mano de nuevos desafíos.
Hay que tener en cuenta que los jackpots más importantes en cuanto a monto son más difíciles de ganar. Como vimos, en algunos casos para aspirar a hacerlo es necesario jugar con los niveles máximos de apuesta. Por eso, si bien resultan atractivos y puede ser bueno tenerlos como aspiración, no hay que atravesar los límites en el intento. ¿Hay estrategias que ayuden a ganarlos más fácilmente? En los casos antes señalados, jugar con apuestas mayores aumenta las probabilidades. Pero esta no es una constante. Y, como siempre, el azar es quien rige este tipo de juegos.
Por eso, jugar con responsabilidad es la mejor garantía. Esto implica respetar el presupuesto que se puede dedicar a las apuestas y no destinarle tiempo excesivo al juego. Encontrar un equilibrio entre la diversión y la búsqueda de recompensas es la mejor fórmula del éxito.