En el corazón de los densos bosques de la Selva Negra alemana, se esconde un pequeño pueblo llamado Baden-Baden. Este pueblo, además de ofrecer todo tipo de turismo aventura, posee una joya oculta, un elegante casino famoso por su historia, su arquitectura, sus paisajes y porque sus salas de juegos podrán hacerte pasar un inolvidable momento de relax y entretenimiento.
En este artículo repasaremos la curiosa historia de este casino, veremos qué lo hace tan especial y por qué vale la pena incluirlo en tu próximo itinerario de viaje.
Un repaso por su interesante historia
La zona en la que está ubicada el casino es famosa por sus baños de aguas termales. Gracias a esto, año a año el pueblo era visitado por miembros de la aristocracia. Artistas y magnates que escogían el pueblo de Baden-Baden como sitio para pasar sus vacaciones. Debido a toda esta afluencia y popularidad, se decidió abrir un casino para ofrecer más opciones de entretenimiento a los turistas.
Así que, Luis I, duque de Baden-Baden ordenó la construcción del Kurhaus, un espacio que albergaría, entre otras cosas, a un lujoso casino. La construcción finalizó en el año 1824 y significó la consagración del pueblo como un centro de entretenimiento europeo. Su primer administrador fue un empresario francés llamado Antoine Chabert, quien tuvo la licencia del casino por 15 años. Después, el casino pasó a manos de su hijo, Joseph Antoine, hasta 1838.
Pero luego, vino la prohibición de los casinos en Francia, y los empresarios de casas de juego de ese país, se vieron en la necesidad de buscar nuevos horizontes. Así fue que llegó un señor llamado Jaques Benazet, un francés con amplia experiencia en la gestión de casinos, quien adquirió la licencia en el año 1839.
Benazet no sólo se tomó muy enserio la gestión del casino, sino que también pensó en completar la experiencia. Los franceses, que producto de la prohibición, se habían quedado sin la posibilidad de acudir a una casa de apuestas a jugar juegos de casino, conformarían un buen público para el casino y para el pueblo en general. Así fue que este empresario también trabajó en convertir a Baden-Baden en un pueblo lujoso y atractivo para las clases altas y adineradas provenientes de Francia, combinando el lujo del casino con el relax de los baños de aguas termales.
Pero la gloria y el esplendor acabó en 1872, cuando el gobierno alemán decidió sumarse también a la tendencia y prohibió el funcionamiento de todos los casinos del país. En Alemania, los casinos estuvieron cerrados hasta 1933, año en el que volvieron a funcionar algunos, entre ellos el Baden-Baden. Esta reapertura duró muy poco, ya que, al iniciar la Segunda Guerra Mundial, debió ser cerrado nuevamente. Pero este cierre fue más breve, y en 1950 el casino reabrió sus puertas y no las volvió a cerrar hasta la actualidad.
Visitas de grandes figuras históricas
A lo largo de estos 200 años el casino ha recibido a numerosas figuras del mundo. Se dice que el casino Baden-Baden ha recibido al novelista ruso Leon Tolstói, a Marlene Dietrich, cantante y actriz alemana, y a Bill Clinton, ex presidente de Estados Unidos.
Pero la historia más curiosa es que Fiodor Dostoyevski escribió su libro “El Jugador” dentro del casino. Este autor era adicto a la ruleta y estaba consumido por las deudas. Entonces, vendió anticipadamente los derechos del libro que estaba por escribir y se comprometió a escribirlo en 26 días. Si no lo lograba, tendría que cederle a la editorial los derechos de todos sus libros durante 9 años. Así que, se dice que Fiodor se encerró en el casino durante ese corto período y logró terminar el libro en tiempo y forma. La novela está inspirada en gran medida por lo vivido por el autor en este casino.
El casino Baden-Baden en la actualidad
Si bien el casino es muy famoso por su historia y su arquitectura, lo que realmente lo hace inolvidable son sus salas de juegos. Actualmente, el casino cuenta con mesas de ruleta francesa, de blackjack, de póker y una amplia sala de slots. Además, este casino es famoso por su agenda cultural, ya que ofrece conciertos, danza clásica, ópera y muchos espectáculos para todos los gustos.
A su vez, el Baden Baden exige un código de vestimenta formal. Podemos decir que continúa con su tradición de elegancia y lujo y, por esto, exige que los hombres acudan a jugar con traje y corbata y las mujeres con vestidos elegantes.
Así que es importante, que, si vas de vacaciones a esta zona de Alemania y planeas ir al casino Baden-Baden, lleves un atuendo acorde a la exigencia de etiqueta del lugar.
¿Qué hacer en Baden-Baden además de ir al casino?
Además del casino y de las aguas termales, el pueblo es, en sí mismo, una atracción turística muy valiosa. Posee un estilo arquitectónico tipo Belle Epoque y sus calles son verdes y tranquilas. La avenida principal, llamada Lichtentaler Allee, atraviesa una alameda que corre paralela a la vera del río Oos. Además, posee diversos parques en los que es posible sentarse a descansar y mirar el paisaje.
Si nos alejamos un poco del centro del pueblo, podemos acceder a todas las maravillas naturales que esconde la Selva Negra. Es recomendable visitar el Parque Nacional, las cascadas de Triberg, pasar por Friburgo, la capital de la Selva Negra y recorrer los lagos de la Alta Selva Negra en el tren de los lagos.
Este pueblo también ofrece una oferta gastronómica muy abundante y tradicional, siendo la caza, la principal fuente de especialidades locales.
Un lugar para todos los gustos
Como hemos visto, Baden-Baden es un destino que, por su diversidad de opciones, deleitará a todos sus visitantes. Es posible realizar eco turismo durante el día, y conocer el glamour de este lujoso casino por la noche.
Es necesario, que para que la visita a este casino sea grata, juguemos con responsabilidad y designemos un presupuesto acorde a nuestras posibilidades.