Si te gusta el casino y el cine que aborda su temática, seguramente te gustará esta película. Crupier es un film de origen británico que se estrenó en el año 1998. Fue escrito y dirigido por Mike Hodges y protagonizado por un muy joven Clive Owen. El estreno no fue muy sonado, ya que no pasó por ninguna sala de cine, sino que se estrenó en “formato doméstico”. De todos modos, con el paso del tiempo, los cinéfilos de culto descubrieron el valor del film y se convirtió en una película muy vista y aclamada por la crítica.
El resto del elenco está compuesto por Alex Kingston y Gina McKee, las dos figuras femeninas entre las que se debatirá el personaje, ya que cada una encarna una versión de él y opuestas entre sí. Conozcamos un poco más a continuación.
Una trama sencilla y compleja a la vez
Clive Owen se mete en el papel de Jack Manfred, un escritor en busca de su primera obra maestra, una que tarda en llegar y frente a la que el escritor se siente perdido y carente de inspiración. Como su trabajo de escritor no le está siendo rentable, Manfred emprende la búsqueda de un empleo paralelo con el que sustentar su actividad principal, y su verdadera pasión. En esa pesquisa, el escritor consigue un trabajo como crupier de casino. En un principio, el protagonista se ve tentado de rechazar el empleo creyendo que él no puede obtener nada bueno de ese lugar y de esas personas. Pero finalmente termina aceptando, y desde entonces su vida y su percepción sobre las cosas comienzan a cambiar rápida y radicalmente.
Resulta que el casino es un lugar excelente para obtener inspiración, ya que en este espacio conviven infinidad de personas con historias de vida muy diferentes a la de él, que se entremezclan con el sonido de la bola girando sobre la ruleta y del mazo de cartas siendo barajado. Cada persona encuentra motivaciones diferentes para acudir a jugar a un casino y esta motivación comienza a convertirse en una fuente inagotable de ideas e inspiración para este joven escritor.
De esta manera, Jack Manfred empieza a sentirse muy a gusto en su nuevo empleo. El dinero que gana le permite vivir cómodamente, el resto del personal le resulta amigable y el tiempo que pasa trabajando es gratificante. Pero la cosa da un giro cuando tiene un romance con una clienta del casino, Jani, interpretada por Alex Kingston. Esta mujer lo seduce y luego de eso le pide que sea su cómplice y que juntos realicen una estafa a la casa de juegos.
Y ahí todo comienza a desmoronarse para él. De repente, empieza a encontrar que la línea entre el bien y el mal le resulta más difusa y que la idea de ganar dinero fácil y el poder que este le dará, comienza a resultarle atractiva. Esto repercute en su vida privada. No solo la idea de estafar al casino, sino también el asunto de que el robo será perpetrado por él y su amante. Esto deviene en que la relación con Marion (Gina McKee), su novia de siempre, también comience a tambalear y a resultarle incierta y poco atractiva.
Un cambio de foco
Lo más curioso de este film es que, a diferencia de la mayoría de las películas ambientadas en casinos, este pone su foco sobre las personas que trabajan en el casino y no sobre los jugadores. Se centra en mostrar cómo el mundo del casino repercute en las vidas de los empleados y las transforma, y hace hincapié en que se necesita una honestidad y una moral muy altas para ejercer ese empleo, ya que la ambición y la falta de escrúpulos puede llevar a estas personas por caminos incorrectos.
Jack Manfred fue representado por Clive Owen de forma magistral. De hecho, se dice que esta película fue la encargada de catapultarlo hacia la fama definitiva. En este rol, se convierte en una persona inmutable, que no transmite ningún tipo de emociones ni sentimientos. A su vez, el director deja entrever cómo una parte desconocida del personaje comienza a aparecer y toma a la personalidad del protagonista por completo. Esta parte desconocida está compuesta por ambición y necesidad de sensación de poder, pero él sigue siendo solo un aspirante a escritor con una vida común y una novia que es incapaz de imaginar lo que sucede con Jack dentro del casino.
Ahí comienzan a confluir estas dos partes de su personalidad y se ve claramente el choque y la lucha interna del personaje y el conflicto que le genera la responsabilidad de hacer lo correcto contra la emoción que le provoca la idea de estafar al casino con su amante.
Una película recomendada
Si bien las tomas, la fotografía y la ejecución de la película no destacan demasiado, la historia, los actores y la profundidad de los personajes se llevan todos los elogios. Tanto la idea, como el guion y el desarrollo de las personalidades de los personajes, se destacan y hacen de esta película una historia muy buena que merece ser vista y disfrutada.
Como una moraleja especial nos queda la idea de que siempre hay que acercarse al casino en forma responsable. Ya sea para trabajar en él, o para realizar apuestas. ¡Nunca hay que tomarlo como un camino para el dinero fácil! Por lo tanto, juega siempre con responsabilidad.