El blackjack es uno de los juegos de apuestas favoritos del momento y son muchas las personas que quieren volverse expertas en él. Si tú eres una de ellas y quieres hacer mucho dinero en el casino, antes debes entender cómo se juega el blackjack y cuáles son las mejores formas de ganar. Te explicaremos cuándo jugar a una mano y cuándo a dos.
Dividir tu mano, ¿por qué?
El objetivo del blackjack es juntar una mano cuyo valor total sea 21 o esté lo más cerca posible de dicho número. Al comienzo de la partida, el crupier te dará dos cartas cuyo valor tendrás que sumar.
Si es muy bajo, posiblemente tengas que pedir otra carta, bajo riesgo de pasarte de 21. En cambio, si el valor es muy alto, lo mejor será plantarse y quedarte con las cartas que tienes.
Ahora bien, bajo ciertas circunstancias, tendrás la posibilidad de dividir tu mano inicial en dos, es decir, que cada una de tus cartas sirva para crear una nueva mano. Esto te da otra oportunidad de conseguir una carta que te deje más cerca del número 21.
En la mayoría de los casinos, solo puedes dividir tu mano una vez por partida, y sólo puedes pedir una carta extra, no dos, como cabría esperar. Entonces, como ya estarás notando, dividir tu mano puede ser contraproducente, ya que podrías obtener una carta extra de menor valor, que te deje más lejos de 21.
¿Cuándo se puede dividir?
Si decides dividir tus manos, debes duplicar tu apuesta inicial. Puedes dividir tu mano siempre que consigas dos cartas del mismo valor en la repartición inicial. Pero hay dos casos en los que se recomienda dividir sí o sí: cuando tienes dos 8 o cuando tienes dos Ases (porque suman 12 puntos).
Entonces, en los casinos que permiten pedir dos cartas adicionales (una para cada nueva mano), tendrás más posibilidades de superar al crupier. Esto es particularmente útil con una mano de dos Ases, ya que las probabilidades de sacar un 10 alcanzan el 30,4%.
Por otro lado, cuando consigues una mano de dos 8, siempre debes dividir, pues se considera una de las manos más débiles del blackjack. Dieciséis (la suma de la mano) está por debajo de 17, que es el valor mínimo con el que debe terminar el crupier. Se puede pedir otra carta sin dividir, pero el riesgo de pasarse de 21 es demasiado alto para tomarlo.
¿Cuándo no se debería dividir la mano?
Esencialmente, jamás deberías dividir una mano de dos 10, puesto que un 20 solo puede ser superado por un blackjack o un 21 de tres o más cartas. Por otro lado, tampoco debes dividir jamás dos 5. En este caso, la mejor jugada es doblar, ya que las probabilidades de conseguir una mano fuerte luego de la tercera carta son del 53,8%.
No se debería dividir la mano si tienes dos 4, y mucho menos si la carta boca arriba del crupier es menor a 5. En este caso, quedar por encima del crupier luego de pedir una tercera carta, es relativamente sencillo.
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