Que el blackjack es un juego apasionante, no cabe ninguna duda. Lo ha sido desde sus inicios en la Francia del siglo XVII y su popularidad no ha parado de crecer hasta nuestros días. Cartas de por medio, los jugadores intentan vencer al crupier en cada ronda. Y aunque se sabe que el azar tiene un papel muy importante en el resultado final, es interesante poder comprender cuál es el verdadero peso que tienen las decisiones en el blackjack.
En busca del veintiuno
El objetivo del blackjack es muy simple. Lograr sumar 21 puntos con las cartas que tocan en suerte. Y superar con ellos la mano del crupier.
Para ello, luego de realizadas las apuestas, se reparten las dos primeras cartas y, cada uno a su turno, los jugadores deben decidir si se plantan con esas cartas o piden más para intentar acercarse al 21. Esta es una de las primeras y más importantes decisiones en el blackjack.
Pero en esta instancia hay más opciones: doblar la apuesta inicial, si las cartas recibidas son muy bajas, o dividirla, si las dos son del mismo valor. Todo dependerá de saber analizar bien las cartas, y de poder diferenciar si ha tocado en suerte una mano suave (donde no hay riesgo de pasarse si se pide una carta) o una mano fuerte (donde el riesgo de pasarse es mucho mayor).
Luego llega el turno de que juegue el crupier y, una vez conocidas sus cartas, se revele quién resulta ganador. Se procede entonces a pagar las correspondientes apuestas y la ronda se inicia nuevamente. Puedes comenzar a jugarlo en alguna de nuestras variadas mesas de blackjack.
¿En el blackjack se gana solo si se tiene suerte?
Nunca estará de más repetir que en los juegos de casino, el azar es un componente ineludible que nunca debe ser subestimado. Sin embargo, la suerte desempeña un papel mucho más protagónico en algunos casos que en otros.
Las tragaperras, por ejemplo, dejan poco o nulo margen de acción para las decisiones del jugador. El póker, en el extremo opuesto, resulta ser un juego en el que la estrategia y la habilidad del jugador pueden hacer torcer el rumbo de la suerte.
Podríamos decir que el blackjack se encuentra, de alguna manera, en un punto intermedio. En él, es el azar el que determina qué cartas le son repartidas a jugadores y crupieres. Sin embargo, hay un buen número de decisiones en el blackjack que, en el caso de ser las correctas, aumentan las probabilidades de ganar. A continuación, intentaremos profundizar en algunas de ellas.
El papel de las decisiones en el blackjack
En el blackjack, como en muchos otros juegos, pueden producirse rachas de victorias o pérdidas. Es decir, una serie de resultados positivos o negativos que se repiten en varias manos consecutivas. Sin embargo, sería erróneo pensarlas exclusivamente como golpes de buena o mala suerte.
El blackjack es un juego de probabilidades independientes. ¿Qué significa? Que cada mano se abre y se cierra en sí misma, y que tanto los jugadores como la banca tienen exactamente las mismas probabilidades de ganar en cada una de ellas.
Dichas probabilidades dependen de una serie de factores entre los que se incluyen la modalidad de blackjack a la que se está jugando, el número de jugadores que intervengan en la partida, la cantidad de mazos de cartas utilizados y la habilidad del jugador. Sí, como vimos anteriormente, las decisiones en el blackjack pueden tener gran importancia en el resultado del juego.
Plantarse, pedir cartas, doblar o dividir la apuesta son algunas de ellas. Como también lo es subir o bajar el monto de las apuestas según se vayan desarrollando las manos. Pero hay otras, que veremos a continuación.
Cómo tomar buenas decisiones en el blackjack
La estrategia del conteo de cartas es muy utilizada por los jugadores más expertos. Aunque se vuelve más difícil de implementar cuantos más mazos se utilicen, es una excelente base de información para la toma de decisiones en el blackjack. Pero lo cierto es que no es una habilidad que todos manejen, y hay modalidades, como es el caso del blackjack americano, en las que pueden llegar a utilizarse hasta 8 mazos. Contar las cartas bajo estas condiciones puede resultar imposible.
Tal vez, el mejor consejero a la hora de tomar decisiones en el blackjack, sea la experiencia. Quienes más partidas han jugado suelen ser más rápidos y certeros a la hora de tomar decisiones. Básicamente, porque han aprendido a adaptarse a las distintas situaciones que pueden ir dándose en cada mano, y, algo muy importante, a controlar sus emociones frente a cada una de ellas.
El miedo, el enfado y, sobre todo, la ansiedad, suelen dar muy malos consejos. Como en casi todas las situaciones de la vida, respirar hondo y mantener la cabeza fría ayuda a pensar mejor y a no obrar por impulso.
Ya hablamos antes de que en el blackjack pueden presentarse buenas o malas rachas. Es muy importante asumir que eso puede pasarle a cualquiera y que no depende exclusivamente ni de la suerte ni de las habilidades de quien juega. De esta manera, el jugador estará menos propenso a dejarse influenciar emocionalmente por una serie de victorias o derrotas.
El mejor resultado es la diversión
Como sucede con todo juego de casino, el blackjack genera mucha emoción y es una gran fuente de entretenimiento. Conocer sus reglas y su dinámica, y cómo estas varían entre una y otra modalidad, es de gran ayuda a la hora de tomar decisiones durante el juego. Quién resulte ganador de cada mano dependerá, en definitiva, de una mezcla entre suerte, habilidad y buenas decisiones.
Pero, sin lugar a dudas, una de las mejores decisiones en el blackjack es saber gestionar el bankroll (presupuesto) y jugar con responsabilidad. No hay mejor resultado que se pueda lograr en un juego que conseguir que nunca deje de vivirse como una diversión.