A simple vista, se podría pensar que es un tanto obvio que los casinos tradicionales generan un impacto medioambiental mayor que los casinos online. Sobre todo, teniendo en cuenta el consumo de energía eléctrica, el transporte que utilizan jugadores y empleados para llegar hasta allí, y los desperdicios y residuos contaminantes que se generan.
Pero si hacemos un análisis más fino, también podemos pensar que todo lo que uno ve de los casinos online, plataformas, juegos, premios y transacciones, está soportado por un potente servidor. Y que este servidor también consume muchos recursos. ¿Pero serán tantos como los que consume el casino físico?
Diferencias entre un casino físico y uno online
Para llegar al tema que nos incumbe, un buen punto de inicio es tratar de analizar cuáles son las diferencias principales entre un casino físico y uno virtual.
Una de las principales diferencias radica en el espacio que estos ocupan. Un casino tradicional requiere de una gran cantidad de metros cuadrados que permitan alojar a todas las mesas de juegos y a todas las máquinas. Esto incluye también a los bares y restaurantes y a todo el espacio que se debe destinar a las áreas de servicios, lugares para los empleados, cocinas, sanitarios, almacenes, bóvedas para los fondos y más.
En cambio, los casinos online solo necesitan espacio en servidores que les permitan almacenar todo el software que utilizan las plataformas para funcionar, los juegos, los medios de pago y la información de los clientes. Todo el resto sucede en la casa del jugador o donde este decida.
A su vez, es importante tener en cuenta que un casino físico, además de ser un lugar para jugar, es un espacio de recreación y de contacto con otras personas. Esto genera que el tiempo que un apostador permanece en el casino tradicional sea mayor que el tiempo de permanencia en un casino online al que solo se ingresa para apostar.
Otra diferencia importante radica en el transporte que utilizan los jugadores y los trabajadores de los casinos para trasladarse hasta las casas de juego. Puede parecer menor, pero si hacemos el cálculo de todas las personas moviéndose desde y hasta el casino, todos los días del año y en todos los casinos del mundo, el número resulta realmente abrumador. Y esto sin tener en cuenta que mucha gente viaja desde lugares más alejados a ciudades como Las Vegas solo a visitar casinos y para esto utilizan aviones, cuya contaminación es aún mayor.
De este análisis se desprenden los diferentes impactos que genera cada tipo de casino.
¿Y quién contamina más?
Luego de profundizar en las diferencias, se puede dividir el impacto ambiental en una serie de puntos para poder hacer una comparación más justa. Estos puntos son la contaminación por operación, es decir, la contaminación que generan los casinos cuando están en funcionamiento, la polución por emisión de gases de los transportes y la contaminación que se genera al momento de construir, ampliar o desarrollar un casino.
El primer punto es de los más importantes. Un casino físico consume una gran cantidad de energía eléctrica y esta energía no solo está destinada a la iluminación que se utiliza durante el día y la noche. También se utiliza para las máquinas de juegos, para las cocinas y para mantener los ambientes climatizados. Por otro lado, se encuentra la utilización del agua. El constante paso de gente hace que el agua sea fundamental, ya que los apostadores utilizarán los sanitarios y harán uso de cosas que luego deberán ser sanitizadas. A su vez, otra cuestión importante es la generación de residuos.
En el caso de los casinos online, se destaca el consumo de energía eléctrica como uno de los únicos recursos que utilizan los servidores. También debemos tener en cuenta la electricidad que consumen los ordenadores y los dispositivos móviles para funcionar, y también podemos incluir el medio a través del cual llega Internet. A su vez, los data center generan mucho calor, por lo que es necesario tener condiciones controladas de temperatura y humedad. Esto se hace a través de equipos de climatización que también utilizan electricidad para funcionar.
El segundo punto es el del transporte. Lógicamente, la mayoría de las personas que apuestan en casinos físicos llegan en auto o en transporte público y en algunos casos, en avión. Por el contrario, para jugar en el casino online, no necesitas moverte de tu casa.
El último punto es el de la construcción. Y es cierto que el casino se construye una vez y listo. Pero también es cierto, que los casinos están en constante ampliación, mantenimiento y rediseño. Esto genera el uso de materiales de construcción que muchas veces se fabrican utilizando recursos naturales como cemento, maderas y metales. Además, depende de la ubicación del casino, es posible que su emplazamiento genere un gran impacto en la naturaleza. En cambio, el casino online se desarrolla íntegramente a través de un ordenador y solo deberá contemplarse el uso de energía eléctrica.
Develando el misterio del ganador
Los casinos físicos generan muchos tipos diferentes de contaminación, no solo por el uso que hacen de la energía, sino también por la cantidad de residuos que generan y por la huella de carbono que dejan. A su vez, el casino online también genera un gran impacto ambiental, ya que la energía eléctrica que consume es realmente mucha.
Ambos tipos de casino generan un gran impacto ambiental, pero los casinos online tienen más posibilidades de volverse sostenibles mediante la utilización de energías renovables tales como la energía solar o eólica. Por el contrario, los casinos físicos, pueden mejorar su consumo eléctrico, pero no tienen la posibilidad de menguar el impacto que genera su huella de carbono ni el de la cantidad de residuos que generan.
De cualquier manera, más allá de qué tipo de casino escojas, la diversión está garantizada. Eso sí, recuerda que para que la experiencia sea 100 % positiva, siempre debes jugar con responsabilidad y mesura.