Ya desde la misma creación de los primeros casinos siglos atrás, se ha librado una ardua batalla entre quienes intentan engañar y estafar a la banca y los sistemas de seguridad de estas casas de juego. Desde los majestuosos casinos de Las Vegas o Europa hasta los más pequeños y austeros en otras partes del mundo, la gran mayoría recibe alguna vez a jugadores que intentan quedarse con dinero a base de astucias. Sin embargo, hay estafas millonarias que sorprenden por su audacia y han quedado en la historia de los casinos. A continuación te contamos sobre algunas de ellas.
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Blackjack: un falso barajado
El blackjack es uno de los juegos de casino que más lugar deja para demostrar las habilidades de los jugadores. Esto ha dado lugar a que se hayan intentado implementar diferentes estrategias para garantizar una victoria. Una de las principales es la del conteo de cartas que, aunque polémico, no es considerado ilegal en sí mismo. El caso más famoso tal vez sea el del grupo de alumnos del MIT, que utilizó una técnica matemática para ganar millones de dólares en Las Vegas. Sin embargo, algunos se atrevieron a ir mucho más lejos. En la década de 2000, la denominada Oganización Tran estafó casinos de Estados Unidos y Canadá por más de 7 millones de dólares en las mesas de blackjack y baccarat.
Su método consistía en sobornar a los crupiers para que realizaran un falso barajado de cartas. De esta manera, los miembros de la organización, que trabajaban en equipo, sabían exactamente en qué orden se repartirían las cartas y podían realizar jugadas ganadoras realizando apuestas de gran monto.
El FBI realizó investigaciones durante muchos años hasta que logró atraparlos en 2007 mediante escuchas telefónicas y la intervención de agentes encubiertos. Más de 40 miembros de la organización fueron condenados a prisión.
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Richard Marcus y su técnica de past posting en la ruleta
Si bien ha habido muchos intentos a lo largo de los años de hacer trampa a la ruleta, Richard Marcus se hizo famoso por emplear la técnica de «past posting». Esta técnica consiste en esperar a que la bola se detenga en la ruleta para cambiar rápidamente las apuestas hacia el número ganador. Marcus no se contentó con ello, sino que fue más lejos y perfeccionó la técnica derivándola a la que se denominó «Truco de la sábana». Lo que hacía era colocar fichas de mayor valor debajo de las de menor valor en sus apuestas. Si resultaban ganadoras, celebraba la obtención de un premio importante, pero donde la estafa realmente se concretaba era en el caso de que la apuesta en cuestión resultara perdedora. En ese momento, Marcus ponía en marcha todo un mecanismo de distracción para evadir la atención del crupier y la seguridad del casino, y simulaba una confusión retirando las fichas de mayor valor para que solo quedaran las más bajas.
Marcus no operaba solo. Contaba con un equipo de gente que lograba que la maniobra fuera perfecta y le diera resultado durante casi 25 años. Aunque muchos sospechaban de él, la técnica que utilizaba era tan sutil que nunca pudieron probar su estafa.
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Tommy Carmichael, especialista en tragaperras
Otro de los grandes estafadores de casino que pasó a la historia es Tommy Carmichael. Conocido como «el rey de los tramposos de las tragaperras», este técnico en televisores utilizó sus conocimientos para idear distintos dispositivos que pudieran burlar el mecanismo de seguridad de estos juegos. A medida que las tragaperras iban evolucionando, también lo hacían sus métodos para hacer trampa. De esta manera, durante la década de 1980 pasó por distintas etapas. Comenzó utilizando un alambre doblado cuyos extremos introducía en la ranura de las monedas y en la de pago, logrando hacer que las máquinas le entregaran premios a su gusto. Luego, utilizó una vara delgada y flexible (la «garra de mono») que introducía en la ranura de pagos, haciendo que se liberaran las monedas. Por último, cuando las máquinas se volvieron mucho más sofisticadas y pasaron a ser electrónicas, Carmichael logró burlarlas utilizando una vara de luz que «enceguecía» su sensor. De esta manera, las máquinas liberaban pagos sin contabilizarlos.
Aunque fue atrapado varias veces, su caída definitiva tuvo lugar en 2001. El FBI lo estaba investigando y logró captar a uno de sus cómplices utilizando un dispositivo en una máquina tragaperras. Tommy Carmichael fue finalmente enviado a prisión.
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Complicidad interna en el Crown Casino Perth
Otra estafa con complicidad interna del casino tuvo lugar en Australia en 2013. Más específicamente en el Crown Casino Perth. Allí, un millonario neozelandés llamado James Manning ganó acceso a mesas de límite alto en la sala Vip, tras anunciar que había adquirido un cóctel realizado con un coñac de más de 12 mil dólares. Luego de obtener 8 manos ganadoras consecutivas en el blackjack, el excéntrico millonario se alzó con un premio de 32 millones de dólares.
Semejante racha ganadora generó sospechas en los directores del casino, quienes investigaron y descubrieron que las cámaras de seguridad de la sala VIP habían sido manipuladas. La estafa había podido orquestarse gracias a que el propio gerente de la sala VIP le enviaba señales a Manning en la mesa, permitiéndole ganar sin complicaciones. Como pudo ser descubierto in fraganti y ni siquiera pudo sacar el dinero del casino, solamente lo dejaron ir. Aunque se le prohibió la entrada de por vida, no se presentaron cargos contra él.
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Audacia en el Casino de Barcelona
A pesar de que el monto involucrado en esta estafa es mucho menor que en los casos anteriores, vale mencionarla por lo sorprendente y audaz. En 2018, un grupo de cuatro hombres provenientes de Georgia logró estafar al Casino de Barcelona en la ruleta por un total de 34.000 euros. Su método estaba muy lejos de la sofisticación. Mientras tres de los integrantes del grupo distraían al crupier, el otro cogía la bolita de la ruleta con la mano y la colocaba sobre el número al que habían apostado. Aunque parece una técnica muy burda imposible de llevar a cabo, les funcionó durante varios días. Hasta que el personal de seguridad del casino los descubrió revisando las grabaciones de las cámaras de vigilancia.
Que el objetivo sea siempre la diversión
Mientras que la gran mayoría se acercan a los casinos en busca de diversión y premios otorgados por la suerte, otros lo hacen en busca de dinero fácil. Desde simples y burdas manipulaciones a la ruleta, como la del Casino de Barcelona, hasta métodos un poco más sofisticados como los utilizados por Richard Marcus o Tommy Carmichael, las historias de estafadores se repiten una y otra vez. En algunos casos, con complicidades que provienen desde el interior mismo del casino, dejando expuesta la corrupción que muchas veces allí se genera. Sin embargo, los patrones inusuales de juego, los movimientos extraños y las ganancias desorbitantes siempre levantan sospechas. Y las cámaras de seguridad están atentas para detectar cualquier irregularidad.
Los estafadores no descansan y siguen mejorando sus técnicas, a la par que los casinos y casas de apuestas deben mejorar sus mecanismos de defensa y sus controles de seguridad. Afortunadamente, quienes solo van en busca de diversión siempre encuentran lo que necesitan. ¡Y más! Eso sí, apostando con responsabilidad para que no salten las alarmas ni nada arruine el buen momento.
