Aunque el origen exacto de los casinos es desconocido, la historia está llena de anécdotas que dan testimonio de la existencia de pequeños encuentros entre personas de alto nivel social que se reunían en salones corteses para disfrutar de juegos de azar. Si no sabían qué hacer con su dinero, lo apostaban, aunque muchas veces los juegos de azar no estaban tan bien pensados o no tenían reglas o límites claros, lo que daba pie a más trampas y a estrategias más pícaras. Pero seguro que no sabías que ya se registraban datos de juegos de azar entre las culturas romanas y griegas.
Ganar mucho dinero en poco tiempo era el leitmotiv de muchos de los que amaban este tipo de juegos. Aunque a veces, simplemente era ganar prestigio entre homónimos o pasar un momento de ocio tranquilo con amigos o familiares. Además, este tipo de reuniones servían como encuentro informal entre los jóvenes de la alta sociedad y burguesía para encontrar un esposo o esposa adecuados al nivel social propio.
De la aristocracia a los grandes casinos
De estos salones aristocráticos se pasaron a los locales nocturnos, donde todos ya no eran conocidos. Tomarse una cerveza, jugar, ganar dinero o perderlo todo. Siempre hemos sentido atracción por este tipo de jugadas. Tanto en la vida como en el azar.
Y sin embargo, también nos fascina entrar en un casino de grandes dimensiones, con el glamour que proporciona el sentirse parte de una experiencia única en la vida. Grandes salas, bebidas, centenares de personas buscando lo mismo que tú. Como ya sabrás, el Ridotto, en Venecia, fue el primer casino conocido de la historia, ya que el ayuntamiento de la ciudad estableció un acto de juego controlado durante los carnavales en 1774, con la ruleta como estrella principal.
Los salones americanos
En la historia americana, los primeros establecimientos de juegos de azar eran conocidos como “salones”. La creación de estos salones tuvo su eje central en 4 ciudades: Nueva Orleans, St. Louis, Chicago y San Francisco. Fue en los salones donde los viajeros podían encontrar gente con la que hablar, beber y, a menudo, jugar.
A principios del siglo XX en Estados Unidos, el juego quedó prohibido, junto con el alcohol en la Ley Seca, por los reformadores sociales de la época. Sin embargo, en 1931 el juego fue legalizado en todo el estado de Nevada. De ahí apareció lo que hoy en día conocemos por Las Vegas. Teniendo influencia en la creación más tardía de ciudades casino como Atlantic City.
Viva las Vegas
Seguro que no sabías que el dinero utilizado para construir la “ciudad del pecado” provenía de banqueros mormones y de la hermandad internacional de camioneros de Estados Unidos y Canadá en su mayoría. ¿Parece un tanto raro? Pues bien, esta ciudad se ha convertido hoy en día en algo imposible de ver en cualquier otra parte del mundo (aunque los complejos de Macau están pisándole los talones al gigante Las Vegas). Aun así, nosotros creemos que es imposible reemplazar la historia de los salones de las Vegas por nada más. Ya lo dijo Elvis: ¡Viva las Vegas!