En este mundo tan globalizado, la gente quiere destacar. Y la mejor manera que encuentran muchos de hacerlo es siendo bizarros, extravagantes o adaptando una actitud fuera de la norma. Este comportamiento no es nuevo y se ha producido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Romper con lo establecido y hacer reverencias a lo transgresor, ese es el objetivo de la extravagancia.
Por eso, los casinos son un espacio que no se libra de las extravagancias de los jugadores que entran en sus salas, especialmente si son casinos grandes que acogen cada año a millones de personas, como sucede en grandes complejos del juego como las Vegas o Macau. No te pierdas este artículo de Casino777 para conocer algo más sobre estos jugadores tan impredecibles.
Jugadores caprichosos
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Cuando los grandes apostadores van a Las Vegas, esperan ser tratados como realeza y pasar un fin de semana viviendo en un musical, y todo a cambio de hacer apuestas. Es más, esperan que estos beneficios vengan de una persona en particular: el anfitrión del casino.
Los anfitriones tienen un trabajo que en teoría sería cómodo: vender la acción del casino a la gente que realmente no necesita mucha presión, y darles cosas gratis para que apuesten a lo grande. Para ello necesitan tener una relación proactiva con los clientes, arreglar cualquier problema o inconveniente percibido por los huéspedes, mantener vínculos estrechos con los huéspedes y proporcionar regalos de acuerdo con las apuestas del jugador.
Por ello, los jugadores más complicados y que requieren más cuidados, siempre encuentran a un anfitrión que cumpla sus caprichos, entre los cuales se encuentran despejar una mesa para jugar solo ellos, reservar salas enteras, tener a un chef trabajando para ellos día y noche o pagar a azafatas para que los acompañen.
Nota curiosa. Donald Trump era uno de estas “ballenas” del juego. De hecho, una vez organizó una sesión especial para él en Atlantic City, en el último piso del Trump Plaza. Trump se puso tan nervioso que cuando la casa llevaba una ventaja de unos cuantos millones, canceló el juego contra el furioso Kashiwagi, que fue expulsado en un Rolls-Royce blanco.
Los casinos más extravagantes
Siempre y cuando las cuotas sean buenas, los grandes apostadores pueden jugar en cualquier lugar. Pero para la mayoría de la gente, el juego es una forma de entretenimiento, y el entorno es parte de la experiencia, razón por la cual los casinos más populares de Las Vegas, Macau y Mónaco tienen diseños tan exagerados.
Los diseñadores y arquitectos de los casinos entienden qué tipo de escenarios quiere el público apostador en general. Algunos lugares toman una forma moderna con iluminación LED y mobiliario elegante. Otros casinos optan por un atractivo más clásico con arañas, mosaicos y tallas de mármol como el vestíbulo de la Macau veneciana o ruletas clásicas. Ya sean clásicos o modernos, los casinos más elegantes del mundo destacan por su opulencia. Y es esta opulencia la que los jugadores más exagerados e impredecibles buscan en la mayoría de los casos.