En Casino777 seguimos sorprendidos con la cantidad de estafas que se llevan a cabo por profesionales especializados. Está claro que no importa en qué año o época estemos, siempre habrá gente dispuesta a cualquier cosa con tal de llevarse un gran bote a casa.
Bordes delatadores
La técnica que este jugador puso en práctica se denomina “Edge Sorting”. Es una acción basada en memorizar los números de las cartas basándose en los bordes de las mismas. Debes tener unas habilidades visuales y de memoria magníficas para poder fijarte con precisión en los defectos y marcas que cada una de las cartas puede tener. Esta fue la magia con la que el profesional Phil Ivey Jr. ganó más de $ 9 millones a lo largo del año 2014, en Baccarat. Todo empezó cuando el jugador se percató de que no todas las cartas eran exactamente iguales. Algunas tenían anomalías en las esquinas y de esta forma era más fácil memorizar el valor de cada una de ellas sin necesidad de ver la parte frontal.
Esta práctica aparentemente inocente se considera hacer trampa, ya que según la banca, el éxito de quién la utiliza no se basa en la suerte ni en su habilidad con los juegos de mesa. El campeón no pudo recoger sus ganancias debido a ser considerado un jugador deshonesto. A pesar de que hubo un juicio, Phil Ivey Jr. lo perdió.
Crown Casino
En el año 2013, un hacker fue capaz de robar más de 33 millones de dólares australianos tras rastrear el sistema de vigilancia de un casino de Melbourne. El responsable de tal acto parecía haber sacado la estrategia de “Ocean´s Eleven”. De hecho, en muchos lugares la recuerdan con el mismo nombre de la película.
Uno de los expertos que estudió el caso llegó a la conclusión de que el estafador estuvo en algún momento en la sala VIP del casino mientras el cómplice, que observaba los movimientos de las cartas de los otros jugadores a través de las cámaras hackeadas, le informaba de los movimientos que debía realizar y cuando a través de un pequeño auricular. De hecho, la investigación sobre este suceso continúa en activo, lo poco que se sabe es que uno de los miembros de seguridad fue despedido unos días después. Sin embargo, no se sabe la identidad de la persona que hizo la aparente trampa perfecta.
La ruleta de la suerte
Un grupo formado por un crupier, su hermana y su cuñado decidieron estafar el Casino Deauville, en Francia. La técnica que utilizaron tenía como maquinaria un simple paquete de cigarrillos con un radio transmisor en el interior que el mismo crupier había introducido y una bola de ruleta en la que también había metido un receptor poco pesado.
La estafa se basaba en que la hermana y el cuñado se sentarían en la mesa en la que el hermano (crupier) jugaba y en la que había colocado la bola trucada. El cuñado se sentaba en un lado de la ruleta y fingía no conocer a nadie mientras que la hermana, la cual llevaba consigo el paquete de cigarrillos con el transmisor, pulsaba el botón del mismo y controlaba la bola.
En muy poco tiempo, las ganancias que habían conseguido eran tales que habían llamado la atención del equipo de seguridad, pero estos no encontraban ninguna pista que les delatara.
La razón que llevó a este grupo de estafadores a la desgracia fue la atracción que el dueño del casino empezó a tener por la hermana del crupier. Tras haber sido rechazado por esta, empezó a fijarse en el hecho de que, de todas las ruletas de la sala, ella siempre jugaba en la misma. Así le vino a la cabeza la posibilidad de que pudiera haber alguna transferencia. De esa forma, un equipo lo rastreó todo y les pillaron.