El mus es un juego de mesa muy tradicional en España que se juega en parejas y para el que se utiliza una baraja española de 40 naipes. Si bien hay varias versiones sobre su origen, la más aceptada es la que sostiene que se creó hace más de 200 años al norte de la península, más específicamente, en el País Vasco.
Actualmente, el mus ha trascendido las fronteras de España y se ha vuelto muy popular en algunos países de Latinoamérica, tales como Uruguay, Chile, Colombia y Argentina, y en algunas regiones del sur de Francia.
Reglas del mus
El objetivo de este juego de mesa es llegar a 40 puntos. Estos tradicionalmente se cuentan con garbanzos, piedras o habichuelas. Uno de los miembros de la pareja contabiliza los cincos y el otro las unidades. Si tienen 7 puntos, el que lleva los cincos tendrá una piedra y su pareja tendrá dos. Como se juega utilizando una baraja española de 40 cartas, no posee ni ochos ni nueves.
El valor de las cartas es el siguiente: los doces y los treces valen 10. Se los denomina reyes y hay 8 en total. Luego vienen los caballos y las sotas que también valen 10, pero son menos fuertes que los reyes. Les siguen las cartas del 7 al 4 que valen por su valor y, por último, están los doses y los unos que valen 1.
Para definir las parejas, los cuatro jugadores deben tomar una carta. Los dos que poseen las cartas más altas juegan juntos contra los que obtuvieron las cartas más bajas. Es mano el jugador que obtuvo la más alta.
Las parejas se ubican enfrentadas y el jugador que resultó “mano” repartirá cuatro cartas a todos los jugadores en sentido antihorario. Cada jugador mirará sus cartas y podrá decidir si continuará jugando con ellas (“no hay mus”), o si se descartará y levantará nuevas (“Mus”). Siempre que los cuatro jugadores quieran descartarse habrá mus, pero cuando uno decida que no hay mus, se cortan las rondas de descarte. Y comienza el juego.
Con las 4 cartas, cada jugador podrá armar diferentes jugadas. Estas son Grande (tener las cartas más altas), Chica (lo contrario a Grande), Par (dos cartas iguales), Media (tres cartas iguales), Duples (dos parejas) y Juego (el valor de las cuatro cartas suma 31). En caso de que no sumen 31, en orden descendente los valores pueden ser 32, 40, 37, 36, 35, 34 o 33. Gana el que tiene el mejor juego. En el caso de que ningún jugador haya logrado un juego, se busca el mejor punto que va de 30 a 4.
Vence la pareja que primero gane tres partidas. Algunas reglas pueden variar de acuerdo a la zona en la que se esté jugando, así como algunas palabras o nombres que se utilizan. Por eso, antes de jugar, es bueno consensuar algunas pautas con el resto de los jugadores para que todos estén de acuerdo sobre cómo se va a jugar y con cuántos puntos se gana.
Historia del mus
Si bien no se sabe el origen exacto de este juego, hay varias teorías que sostiene que fue creado en siglo XVIII. Esto se debe a que la primera referencia escrita fue encontrada en un diccionario trilingüe (vasco-castellano-latín) escrito en 1745 por Manuel Larramendi, un filólogo de origen vasco.
Se dice que el nombre hace referencia a la palabra Musu que en euskera significa beso o a mustur que es morro. Estas dos palabras se relacionan con las señas que utilizan las parejas para comunicarse.
Otras teorías sugieren que este juego de mesa es una variación de otro que se jugaba en la época del Imperio Romano. Y hay quienes dicen que su origen se remonta a la Edad Media. Así que no hay mucha certeza sobre su historia real. Lo que sí está claro es que este juego adquirió su formato actual en el País Vasco por el 1700 y que desde entonces no ha dejado de ganar terreno, cruzando fronteras y atravesando océanos.
Características tradicionales y populares
Uno de los atractivos más grandes de este juego es la inventiva que despliegan los jugadores para comunicarse entre sí y para engañar a la otra pareja. Una parte importante del juego se basa en la idea que cada jugador se hace de las cartas que tiene su pareja y su contrincante, ya que el juego que cada uno arme se basará en esta idea.
Es por esto que, los equipos pondrán mucho empeño en comunicarse por señas que pueden consistir en un pequeño guiño, un movimiento de labios o en levantar una ceja. Una vez que entre jugadores se hayan entendido y sepan qué cartas tiene cada uno, pasarán el resto del rato intentando engañar a la otra pareja, haciéndoles creer que tienen cartas más bajas o una mala mano.
Este es uno de los grandes atractivos de este juego, ya que fomenta la camaradería y el trabajo en equipo. Además, es común que los jugadores, luego de terminado el juego, sigan conversando al respecto, rememorando los momentos claves de cada partida y cómo salió tal o cual jugada. En definitiva, el mus es una excelente combinación entre estrategia, trabajo en equipo y buenas actuaciones.
El rol del mus en la actualidad
Hoy en día, el mus sigue siendo un juego muy tradicional y popular que representa la esencia de la cultura española. Es un juego de mesa que siguen eligiendo los españoles cuando se juntan en familia, o se convoca a festividades comunitarias. En algunas zonas se suelen celebrar torneos de mus en los que participa todo el pueblo. A su vez, la creación de la versión online ha hecho que este juego se vuelva más conocido en todo el mundo y que sea jugado cada vez por más gente.
Si bien el mus es muy disfrutado por todos, no debemos perder de vista que es un juego de azar y, como sucede con todos los juegos de este tipo, hay que jugarlo con mesura y responsabilidad.