¿Qué harías si ganaras una fortuna con dinero que no es tuyo? Eso es lo que sucede en la película “Cuestión de suerte” (1998), donde dos primos (Craig Bierko y Steven Weber) ganan miles de dólares en un casino de Atlantic City y no pueden ponerse de acuerdo sobre a quién le corresponde el premio. ¿Por qué debes ver esta genial película? A continuación te lo contamos.
Dos monedas y un premio desatan una disputa familiar llena de humor
Richie Maxwell, interpretado por Craig Bierko y protagonista de esta historia, trabaja como diseñador de zapatillas. Su vida es bastante irrelevante hasta que decide hacer un viaje vacacional junto a su primo Evan, encarnado por Steven Weber, un reconocido cirujano cerebral. Los primos, acompañados de sus novias, Millie (Jennifer Leigh Warren) y Joa (Karen Sillas) se dirigen a Atlantic City, para probar suerte en sus famosos casinos.
El problema surge cuando en medio de una jornada de juego, Richie pierde todo el dinero en las máquinas tragaperras y le pide a Evan dos monedas más para realizar un último intento, con la esperanza de no irse con las manos vacías. En ese último intento, Richie consigue ganar un increíble premio de más de 400 mil dólares, desatando un problema de proporciones épicas en pleno casino.
¿A quién le pertenece ese dinero? Richie dice que fue él quien jugó y ganó el premio, mientras que por su parte, Evan reclama que esas últimas monedas de 25 centavos eran suyas, por lo que le correspondería a él, por lo menos, una parte. Esta situación desencadena una serie de conflictos llenos de tensiones familiares y malentendidos, acompañados por el tan característico humor irónico de Larry David, director de esta película.
En Cuestión de suerte, David transforma una disputa en un gran entramado de egos y desastres en cadena, develando verdades incómodas que hacen de esta comedia una crítica sobre el orgullo, la avaricia y las distintas dinámicas familiares que existen.
Cuando el dinero pone a prueba un vínculo
A pesar de lo sucedido, Richie busca llegar a un acuerdo con su primo Evan, ofreciéndole el 3 por ciento de las ganancias. Sin embargo, esta situación desencadena una serie de escenas de debate sobre aquello que sería correcto e incorrecto en este tipo de situaciones. Asimismo, vemos una escena donde un conductor de limusina escucha la historia del ganador y decide arrojarlo del auto al grito de “¡Estabas jugando con su dinero!”
Si bien hasta cierto momento la trama parecería estar centrada en un dilema moral, con sus toques de comedia por supuesto, a medida que avanza toma un rumbo bastante disparatado. Pronto aparecen escenas cargadas de humor algo ácido y situaciones absurdas.
La disputa entre los primos se agrava con algunos giros narrativos inesperados como la mentira sobre un diagnóstico de cáncer terminal o el uso de estereotipos para acentuar el humor. Pronto, vemos cómo los personajes se encuentran atrapados en un entramado de situaciones que resultan cada vez más desafortunadas.
Estas escenas hacen surgir dudas que trascienden la comedia, tales como ¿hasta qué punto el dinero puede lograr cambiar las dinámicas entre las personas? Esta historia invita a los espectadores a reflexionar sobre la manera en que las circunstancias inesperadas pueden lograr sacar a la luz lo mejor y peor de cada uno.
Cuántas veces, en diferentes situaciones, la gente se hace preguntas como ¿es mejor proteger los lazos familiares o reclamar aquello que se cree que les pertenece? Esta película expone cómo el dinero puede convertirse en un catalizador de conflictos, revelando cuáles son realmente las prioridades de cada uno, así como sus valores.
Atlantic City, un destino ideal para los amantes del casino
Atlantic City es una ciudad reconocida por ser la capital de los juegos de la Costa Este de los Estados Unidos. Este sitio recibe a más de 27 millones de visitantes por año, lo que lo convierte en uno de los destinos más turísticos y populares del país del norte.
A pesar de que en el año 1947 la población de Nueva Jersey votó en contra de la legalización de los juegos de casino en el estado, dos años después, aprobaron un nuevo referéndum en el cual se indicaba que se podían legalizar los casinos, pero restringiéndolos al área de Atlantic City. En ese entonces, Nevada era el único estado con juegos de casino legales. Luego, en 1978 abrió el primer casino de Atlantic City llamado “Resorts Atlantic City”.
En la actualidad, esta ciudad colmada de casinos, luces brillantes y vida nocturna, brinda una experiencia única tanto para novatos en las apuestas, como para los jugadores experimentados. Sin embargo, Atlantic City no solamente es un sitio para apostar. Este lugar es un centro de entretenimiento completo, donde los casinos tienen juegos de mesa clásicos como la ruleta y el póker y las máquinas tragaperras más modernas de la zona.
En la película “Cuestión de suerte” las apuestas van más allá de los juegos de azar, ya que las situaciones llevan a los personajes a enfrentarse a dilemas familiares, convirtiendo a Atlantic City en el escenario ideal de una historia colmada de giros inesperados, y risas, muy a la manera típica del director Larry David. Para que al jugar en un casino no se te cree ningún tipo de problema o enredo, recuerda jugar siempre con responsabilidad. ¡Que la diversión sea siempre lo primero y más importante!