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Las mayores estafas en casinos

El fin no justifica los medios

Las estafas siempre han existido en todos los lugares del mundo y a todos los niveles. Hace muchos años, las barajas de cartas tenían unas marcas en la parte superior para evitar que el jugador tuviera que levantarlas completamente para verlas y exponerse a los mirones.

El nivel de vigilancia y seguridad en los casinos es inmejorable, pero siempre hay personas que quieren desafiarlo y romper la banca de las formas más extrañas de las que hayas oído hablar.

La originalidad es la clave

Parece que con algo de imaginación, algunos han llegado muy lejos y han estado muy cerca de cambiar sus vidas de la forma más rápida, simple y por supuesto, ilegal. No hace falta decir que los casinos son, junto a los bancos, uno de los pocos lugares físicos en los que se concentran cantidades inmensas de dinero, algo atractivo para los tramposos que quieren llevarse a casa una cantidad deliciosa de dinero en solo una noche.

La “Cutter Gang”

Una de las pandillas más famosas se ganó su nombre con un objeto tan peculiar como los gemelos de las camisas. El juego con el que quisieron romper la banca fue el Baccarat y el truco estaba en colocar una mini cámara escondida en las mangas, enganchada a los gemelos de uno de los miembros. Este miembro sería el responsable de cortar la baraja y de esa forma, la minicámara grabaría los valores.

Al igual que otras historias similares, a pesar de ser unos genios, no se dieron cuenta de que las cantidades que estaban ganando eran tan absurdas que llamaban demasiado la atención del casino y se abrió una investigación que terminó encontrando la trampa. Sin embargo, las autoridades americanas no tenían toda la evidencia que necesitaban para encarcelarlos y les dejaron ir, pero fue un tiempo después, en Filipinas, donde volvieron a ser arrestados. Esta vez, consiguieron escapar y no se les ha vuelto a ver.

Los hermanos Roselli

Otro de los fraudes más increíbles se llevó a cabo por unos “geeks” de la informática. En poco tiempo, ganaron millones de dólares y la forma con la que lo hicieron fue de las más retorcidas e ingeniosas. Con la ayuda de un hacker, robaron la identidad de múltiples personas adineradas y hackearon sus datos, abriendo créditos a sus nombres en diferentes casinos y realizando depósitos en esas cuentas para más tarde, solicitar crédito a los casinos. Pese a no ser algo sencillo, ya que necesitaban mucho tiempo para crear un balance de saldo adecuado, estos “hermanos Roselli” tuvieron la paciencia y la persistencia necesaria para cumplir con todas las condiciones que el banco requería y empezaron a recibir el saldo.

La forma de realizar esta trampa es tan refinada que tardaron años en darse cuenta y por ese entonces, los estafadores habían desaparecido sin dejar ni rastro. Se enteraron debido a la inmensa cantidad de quejas que estaban recibiendo de las personas a las que les habían robado la identidad, ya que obtenían cartas de casinos reclamando crédito que no habían pagado.

Las lentillas de última generación

Parece complicado superar las dos estafas anteriores, pero en Casino777, la que se lleva el premio a más inteligente y premeditada es la estafa de las lentillas. Cuatro hombres organizaron un fraude en el que un crupier del casino de Cannes marcó con tinta invisible las cartas de la baraja con la que pensaban jugar. Los jugadores, por otro lado, utilizaron unas lentes de contacto especiales con las que podían ver las marcas. Su primera ronda fue muy bien, ganaron aproximadamente 60 000 euros y nadie sospechaba nada. Sin embargo, una vez más fue la avaricia la que levantó sospechas entre los responsables del casino cuando volvieron, muy poco tiempo después, para volver a ganar una cantidad monumental. Esta vez hicieron una investigación y efectivamente, encontraron las marcas con tinta invisible en algunas de las cartas, aunque les costó bastante averiguar la razón por que podían verlas.

Por suerte, en Casino777 no es posible realizar ninguna de estas estafas. Ya entres en la sección de Tragaperras o de Novedades, todos nuestros pasatiempos funcionan de forma mecánica. Lo sorprendente de algunas de estas historias es pensar que, si se hubieran conformado con ganar la primera cantidad, o al menos hubieran esperado un poco más de tiempo hasta volver a realizarla, muchos se hubieran salido con la suya.